Templo del Masaje alerta ante las malas posturas frecuentes

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Maribel Corpa, una de las fundadoras de Templo del Masaje –cadena de masajes terapéuticos y relajantes, además de tratamientos estéticos faciales y corporales– asegura que «adquirir buenos hábitos a la hora de sentarse a la mesa, recostarse en un sofá a ver la televisión,  tumbarse a dormir e incluso de estar de pie en el mismo sitio durante un rato requiere un esfuerzo por hacerlo bien, y paciencia». Y es que, cruzar las piernas al sentarse, sujetar el teléfono entre el hombro y la cabeza o doblar el tronco al recoger peso son algunas malas costumbres, que se repiten con frecuencia, y que tienen consecuencias negativas sobre la salud diaria.

Nos deberían enseñar cuáles son las posturas correctas desde que nacemos, e insistir y corregirnos si no las adoptamos de pequeños. «Porque las malas posiciones del cuerpo pueden cambiarse de adulto, pero a base de mucha paciencia: adquirir buenos hábitos a la hora de sentarse a la mesa, de recostarse en un sofá a ver la televisión, de tumbarse a dormir e incluso de estar de pie, en el mismo sitio durante un rato, requiere un esfuerzo por hacerlo bien», explica Maribel Corpa, una de las fundadoras de Templo del Masaje, una cadena especializada no sólo en masajes terapéuticos y relajantes, sino también en tratamientos estéticos faciales y corporales. Un entrenamiento al que esta experta propone dedicar al menos cinco minutos cada día hasta interiorizar esos defectos posturales y corregirlos de un modo inconsciente.

Pero antes de nada conviene repasar esas malas posturas más frecuentes, algunas fáciles de corregir y otras que, por ser un hábito repetido durante años, conllevan una mayor dificultad a la hora de corregirlas:

Sentarse en el borde de cualquier asiento; habitualmente la silla de trabajo. Muchas de las lumbalgias que ocasionan esta mala práctica se solucionan simplemente acostumbrándonos a utilizar todo el asiento, y apoyando la espalda en el respaldo. «O tener la silla de trabajo mal regulada. Es importante establecer una altura de la silla tal que los pies toquen con seguridad el suelo, mientras que rodillas y caderas formen un ángulo de 90 grados».

Coger peso del suelo flexionando el tronco. Este mal hábito puede dar lugar a hernias de espalda si se realiza de forma habitual. Maribel Corpa explica que lo saludable es doblar las rodillas y bajar el cuerpo para levantarse junto al peso, «como vemos hacer a quienes ya tienen dolor de espalda…». Cuando se llevan objetos pesados hay que intentar aproximarlos al cuerpo para repartir mejor el peso. «Y lo mismo sucede en el caso de las compras, hay que emplear varias bolsas en lugar de una sola para repartir la carga y así equilibrar la postura corporal al caminar».

Dormir bocabajo y con la cabeza ladeada, una de las costumbres más difíciles de corregir, pues al dormir nos movemos de forma inconsciente. «Pero es posible y necesario cambiar estos hábitos ya que generan tensión en el cuello y problemas respiratorios al comprimir el peso del cuerpo el tórax.

Cruzar las piernas. Es una de las malas posturas más comunes y puede producir dolores musculares derivados del intento del cuerpo por recuperar su alineación natural. Pero también es una mala costumbre el llevar bolsos en bandolera. Un problema sobre todo para las mujeres, «pues a menudo son muy pesados y alteran su postura al caminar, al intentar compensar de forma natural el peso que portan». A los hombres les sucede algo parecido con la cartera llevan en el bolsillo trasero del pantalón durante horas. «Provocan dolores lumbares crónicos, cuando evitarlo es tan sencillo como extraer la billetera del bolsillo y dejarla sobre en el asiento de al lado del coche o en un cajón la mesa de trabajo».

Malas posturas conduciendo o trabajando. Por ejemplo, colocar el brazo izquierdo sobre la ventanilla, un punto de apoyo que crea una postura anómala al colocar el brazo demasiado alto, y que provoca las denominadas tendinitis del supraespinoso. O tener la pantalla a un lado de la mesa de trabajo, cuando debe estar frente al trabajador, pues obliga a ladear la cabeza y se producen posturas incómodas y forzadas. «Ser conscientes de estas y otras malas posturas en es el primer paso para evitar realizarlas y mejorar».

Para Maribel Corpa, de pie hay que vigilar la apertura de las piernas, que no pueden estar ni cerradas ni abiertas, sino a la altura de los hombros. No han de estar giradas ni hacía dentro ni hacía afuera, y las rodillas no deben estar extendidas sino ligeramente flexionadas, para que no se bloquee la circulación; la cadera debe de oscilar de una manera fluida. «Para sentarse adecuadamente hay que apoyar los huesos de los isquiones, mantener la espalda recta, colocar los brazos detrás del sacro y tener en cuenta la apertura del diafragma, ni muy expandido ni muy comprimido», concluye la fundadora de Templo del Masaje, para quien «a la hora de dormir la postura ideal es boca arriba, piernas relajadas, brazos en cruz por encima del pecho, de una manera abierta para no generar arrugas. Se trata de una postura ideal, pero como es difícil de imitar, lo aconsejable es evitar posturas que retuerzan la columna, que los hombros no suban del punto medio. También es bueno colocar una almohada entre las piernas, porque relaja la zona lumbar: rodillas y lumbares están directamente conectadas. Hay bastantes problemas de sueño que la gente desconoce o que incluso vive con ellos sin darles mayor importancia y son solucionables con masajes craneales, acupuntura…».

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