Franquicias de restauración y neuromarketing

burger-king-negocio-franquicia

Distintos estudios han demostrado que los precios y sobre todo el cómo estos se muestran al público modifican la percepción que los consumidores tienen de las cosas. Lo mismo ocurre con los restaurantes, que también juegan con los precios psicológicos y con los efectos que la presentación de los números tienen a la hora de hacer un pedido. Pero no es la única relación entre restauración y neuromarketing. Como nos cuenta el portal PuroMarketing, esta ciencia moderna está facilitando a las grandes cadenas de restaurantes de comida rápida diferentes estrategias para posicionarse ante los consumidores.

El estudio más reciente al respecto es el de la Cornell University, que analiza cómo la presentación de los precios en las cartas de los restaurantes cambiaba la percepción de las cosas, explica el artículo del portal PuroMarketing.  Su investigación permitió extraer dos conclusiones. Una es que se piden más cosas si los precios son simples. Eliminar los decimales en los precios de la carta hace que los consumidores pidan más cosas. Otro es que meter símbolos de dinero en la carta no es nada efectivo: los consumidores son más agresivos a la hora de pedir en grupo o de relacionarse con los demás comensales si los precios de la carta vienen acompañados por un símbolo de dólar.

Sin duda, según el artículo del portal PuroMarketing,  otro elemento a tener en cuenta es cómo se presentan los precios y cómo se ven. Si se ponen los precios en columnas alineadas, los consumidores tienden a verlos a modo escáner, fijándose en el precio y no en el producto. Igualmente, los productos destacados son los que suelen llamar la atención y ser más pedidos, por lo que ahí deben incluirse aquellos productos que dan mayores beneficios.

A los humanos, las cosas nos entran por los ojos, como sucede con las cartas de los restaurantes. Así, se debe empujar al consumidor a intentar que vea las cosas mucho mejor. Dar información hace que se sientan más seguros con lo que tienen delante y, si esa información es ofrecida de una forma adecuada, puede crear anticipación. Usar adjetivos que hagan que los productos parezcan más deseables en las descripciones tiene un efecto directo sobre cómo pedimos. Que el bacon sea crujiente no es solo información sino también una invitación a pedirlo: usar bien los adjetivos en la carta hace que los pedidos crezcan un 27%.

Y algo similar sucede con los nombres de los platos, continúa el artículo del portal PuroMarketing.  Puede que todo sea en realidad una ensalada, pero el cómo se le llame variará la percepción que el consumidor tiene de lo que tiene delante. El nombre es evocador y crea una promesa de algo que puede ser exótico, casero, sano o tradicional, todo depende de lo que se quiera vender y de lo que se haya escogido para nombrar.

Para leer más sobre restauración y neuromarketing pincha aquí.

TOP