Valores y principios en una relación franquiciador-franquiciado

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Nos habíamos planteado escribir una entrada, dentro del ciclo didáctico emprendido hace unos meses, sobre derechos y obligaciones de cada parte: franquiciador y franquiciado.

Desde luego, el asunto es relevante. Aunque, después de este tiempo extraño y anómalo, en el que nos ha dado tiempo a reflexionar sobre algunos principios de base en el mundo de los negocios, en particular – y de la vida, en general– hay una reflexión previa al fundamento legal en el que deben apoyarse los derechos y obligaciones de dos partes concernidas por un contrato de relación mercantil.

Me refiero, como reza el título, a los valores y los principios que fundamentan cualquier relación, sea del carácter que sea.

Cuando se comienza a redactar un plan de negocio completo (no sólo de números) para un negocio franquiciado (o para cualquier otro), se tiene como práctica habitual mencionar los valores del modelo de negocio que se presenta. Esto es: la visión y la misión de la empresa o de la organización que lo patrocina, que suele ser la de sus dueños.

Y que, en la mayoría de los casos, son una serie de frases biensonantes, que se pasean por la superficie de un apartado determinado de la página web correspondiente. Pero a las que se presta la atención suficiente como para pasar a otro apartado, e ir “al grano”: productos, precios, equipos, frases publicitarias atractivas, etcétera.

Sin embargo, ahora, con más tiempo para pensar y no para seguir un camino rápido sin mirar al paisaje, puede interesarnos repensar las relaciones; y buscar aquella solidez perdida en esta superficialidad postmoderna.

No soy optimista respecto a la duración de estos sentimientos; volveremos a la carretera ganando velocidad y atendiendo a lo urgente. Aunque es posible que nos quede un poso de recuerdo respecto al tipo de relaciones mercantiles de cuando el mundo era más sólido.

Pues bien, si te planteas crear una red de franquicias o vas a entrar a formar parte de una de ellas, lo primero que deberías valorar es el rigor, la trasparencia y la honestidad –y en un sentido amplio– del ofrecimiento de pertenencia.

En nuestro trabajo de consultoría y consejo a empresas y empresarios de franquicias, siempre recomendamos empezar por este principio. El de pensar cuales son nuestros valores. Por nuestra parte, proponemos lo que llamamos las 5C:

Coherencia, entendida como lo que tiene sentido, lo que aúna el sentimiento de pertenencia a una comunidad, a una organización, a una empresa… a un equipo.

Confianza, como el reconocimiento de uno mismo y de los otros para alcanzar la automotivación.

Convicción. Esto es empuje, aplicar el gerundio: con flexibilidad, pero con creencia en la bondad de lo que se hace.

Cooperación; o nada sin el resto. En lo profesional: el equipo y el juego, como fórmula de calidad y de valor añadido.

Y compromiso, como lo que se destila de todo lo anterior.

Cinco “ces” que, dadas en un todo, multiplican exponencialmente los resultados.

Es decir, tenemos claro, por experiencia, que los valores y principios no son flores decorativas. Que si se creen de verdad, son realmente el cimiento de la planificación de proyectos, y facilitan una base sólida de acción que mejora tanto nuestro objetivo de abundancia como el de nuestros franquiciados, proporcionando un marco real de acción y de realidad al famoso principio de ganar/ganar.

En estos tiempos inciertos, fabricarnos certezas en forma de principios honestos puede ser un buen ejercicio; que vete tú a saber cuándo podremos repetir.

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